Crisis hídrica en Coquimbo: ¿puede el pisco sobrevivir en una región cada vez más seca?

La Región de Coquimbo enfrenta una de las sequías más prolongadas y severas de Chile. Con embalses casi vacíos, el futuro de cultivos clave como la uva pisquera se vuelve incierto y urge mejorar el uso del agua disponible.

En Chile, el pisco es el destilado favorito: cada año se consumen más de 2 litros por persona.

La crisis de agua en la Región de Coquimbo no es una novedad, pero sí se vuelve cada año más alarmante. La mega sequía que afecta a la zona ha dejado los embalses con apenas un 16% de su capacidad de almacenamiento, un nivel crítico que compromete la agricultura, la industria y la vida cotidiana de miles de personas.

Frente a este escenario, autoridades, agricultores y expertos buscan soluciones urgentes para que rubros emblemáticos como la producción de pisco puedan seguir existiendo sin agotar los ya escasos recursos hídricos.

El impacto de la sequía: campos más secos y menos cultivos

Los datos son claros y preocupantes. Durante el Primer Encuentro para la Eficiencia Hídrica y la Productividad de Vides Pisqueras, organizado en Ovalle, el académico Pablo Álvarez, del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena, explicó la magnitud del déficit hídrico: actualmente la región cuenta con solo 200 millones de metros cúbicos de agua embalsada, cuando se necesitarían al menos 1.100 millones de metros cúbicos adicionales para garantizar una mínima seguridad hídrica.

Chile, según el World Resources Institute, es el único país de América Latina que aparece entre los 20 más afectados por estrés hídrico extremo proyectado para 2040 o 2049. A nivel global, se ubica en el puesto número 18, lo que muestra que el desafío del agua no es pasajero ni aislado: es estructural.

Este déficit prolongado se refleja directamente en los campos. Desde 2010, la provincia de Limarí ha perdido cerca de 8.000 hectáreas cultivadas, pasando de 32.000 a alrededor de 24.000 hectáreas.

Los cultivos más afectados son los frutales caducos, las hortalizas y los cultivos de ciclo corto. A nivel regional, se estima una pérdida de entre un 25% y un 40% del área agrícola total. Para comunidades rurales y pequeños agricultores, esto se traduce en menos producción, menor ingreso y más incertidumbre laboral.

En Chile, la mayor producción de pisco se concentra en las regiones de Coquimbo y Atacama, especialmente en los valles de Elqui, Limarí y Choapa, que son zonas con denominación de origen. El Valle de Elqui es el más famoso y de mayor volumen productivo.

El caso de la uva pisquera es uno de los más sensibles. Esta variedad, base para la producción de pisco (un producto patrimonial con Denominación de Origen) necesita condiciones de cultivo muy específicas, que se vuelven cada vez más difíciles de mantener con la escasez de agua y el encarecimiento de los sistemas de riego.

Desafíos y estrategias para sostener la industria pisquera

En este contexto crítico, el sector pisquero busca alternativas para maximizar cada gota de agua. Durante el encuentro, representantes de cooperativas pisqueras, expertos en riego y autoridades locales expusieron diversas estrategias para mejorar la eficiencia hídrica.

Entre ellas destacan la implementación de riego por goteo tecnificado, riego subterráneo y la modernización de los sistemas para reducir pérdidas y optimizar la energía utilizada.

La técnica de riego por goteo tecnificado es un sistema de riego localizado y controlado que aplica agua directamente a la zona de las raíces de cada planta mediante una red de tuberías, mangueras y goteros o emisores.

Mauricio Estay, presidente de la Cooperativa Control Pisquero, fue enfático: “No podemos esperar, la situación es demasiado crítica. Si no se actúa ahora, en uno o dos años enfrentaremos problemas económicos y de empleo muy graves”. En la industria pisquera no solo participan grandes empresarios; también dependen de ella cientos de pequeños productores de la agricultura familiar campesina, cuyas comunidades se ven directamente afectadas por cada hectárea que se pierde.

Pero la eficiencia por sí sola no basta. Según Alejandra Marín, representante de la Sociedad Agrícola del Norte, es urgente avanzar en nuevas fuentes de agua, como la reutilización de aguas tratadas o la habilitación de pozos de emergencia. Y es que, aunque el año pasado hubo más lluvias, la reserva acumulada se agota rápidamente debido a la alta demanda y a la falta de planificación de largo plazo.

Referencia de la noticia

-Universidad de La Serena. Experto advierte: “Faltan más de mil millones de metros cúbicos de agua almacenada para garantizar la seguridad hídrica de la Región de Coquimbo”