La inteligencia artificial sobrepasará al conocimiento humano en 7 años

Esta tendencia se realizó sobre el sector de la traducción de idiomas, pero muchos especialistas creen que es aplicable a otros campos del desarrollo. Lo cierto es que el uso de la Inteligencia Artificial hace cada vez más fuerza sobre el mercado del trabajo.

AI
La Inteligencia Artificial avanza a gran velocidad. En el campo de la traducción se está cada vez más cerca de superar la capacidad humana.

Lo que sigue es buena o mala noticia en función de la posición de cada lector. En el mundo de la inteligencia artificial (IA) se maneja un concepto que parece sacado de la teoría de los agujeros negros: la singularidad. Conceptualmente, es el momento en que la IA sobrepasa al control humano, se independiza, y transforma rápidamente la sociedad. Es un momento muy complejo de predecir, pero más difícil saber qué hay más allá de esa singularidad, un camino de no retorno.

Es como un “horizonte de sucesos” tecnológico a partir del cual no sabemos cómo puede seguir evolucionando todo. Popular Mechanics señala a algunos investigadores que trabajan para detectar señales que indiquen que se está cerca de la singularidad, cuando la IA alcance las habilidades y capacidades de un ser humano. Una de esas medidas, definidas por la empresa de traducción con sede en Roma, Translated, es la capacidad de una IA para traducir el habla con la precisión de un humano.

El lenguaje es uno de los puntos más difíciles de la IA, pero un ordenador capaz de cerrar esa brecha podría teóricamente mostrar signos de Inteligencia Artificial General (IAG). En una conferencia realizada en Orlando, Florida, Marco Trombetti, Director General de Translated, destacó que “las máquinas no están tan lejos de acortar distancias” y tener el mismo manejo del idioma que las personas.

Menos de una década

La técnica que utilizó Translated apuntó a un seguimiento del rendimiento de su IA desde 2014 hasta 2022 utilizando una métrica llamada “Tiempo de edición”, o TTE, que calcula el tiempo que tardan los editores humanos profesionales en corregir las traducciones generadas por IA en comparación con las humanas.

A lo largo de ese periodo de 8 años, y analizando más de 2.000 millones de postediciones, la IA de Translated mostró una mejora lenta, pero innegable a medida que reducía lentamente la brecha hacia la calidad de traducción de nivel humano.

Translated
El gráfico muestra el camino hacia la singularidad en el campo de las traducciones según el análisis de Translated.

En promedio, un traductor humano tarda aproximadamente un segundo en editar cada palabra de otro traductor humano, según los datos de Translated. En el año 2015, los editores profesionales tardaban aproximadamente 3,5 segundos por palabra en revisar una sugerencia traducida por máquina. Hoy esa cifra es de solo 2 segundos. Si la tendencia continúa, la IA de Translated será tan buena como la traducción producida por humanos a finales de esta década (o incluso antes, dentro de unos 7 años).

Esos cambios parecen imperceptibles en el día a día, pero cuando se analiza en contexto una década se cae en la cuenta que el avance es muy grande.

Translated utiliza IA, y es la primera vez que alguien de ese cambio hace un cálculo de la velocidad con la que se está yendo hacia la singularidad. Este concepto es más complejo de aplicar a otros campos del desarrollo, pero los avances parecen ir a una velocidad mayor de la que se pensaba en un principio.

¿El fin del trabajo?

Este proceso de análisis es novedoso, pero cuantificar lo cerca que está la humanidad de acercarse a la singularidad más amplia es complejo, y esa definición se topa con muchos problemas. Aunque el perfeccionamiento del habla humana es sin duda una frontera en la investigación de la IA, esta impresionante habilidad no convierte necesariamente a una máquina en inteligente.

De hecho muchos investigadores ni siquiera logran ponerse de acuerdo sobre qué es la “inteligencia” en realidad. Es cierto que una IA capaz de traducir el habla tan bien como un ser humano podría cambiar la sociedad, pero la “singularidad tecnológica general” sigue siendo un camino difícil que abre muchos dilemas éticos y económicos. Un libro revelador sobre este tema es “The End of Work”.

En 1995, su autor, el economista norteamericano Jeremy Rifkin, señalaba que el desempleo mundial aumentaría a medida que la tecnología de la información eliminara decenas de millones de puestos de trabajo en los sectores manufacturero, agrícola y de servicios.

Rifkin predijo un impacto devastador de la automatización en los obreros, los minoristas y los mayoristas. Mientras que una pequeña élite de directivos de empresas y trabajadores del conocimiento cosecharía los beneficios de la economía mundial de alta tecnología, la clase media seguiría reduciéndose y el lugar de trabajo sería cada vez más estresante. Y allí se abren etapas de debate sobre cómo la sociedad deberá manejar ese futuro que parece cada vez más cercano.