El derretimiento en el Ártico puede modificar las corrientes oceánicas

La corriente oceánica del Ártico está más rápida y más turbulenta como resultado do rápido deshielo, según muestra un nuevo estudio da NASA. ¿Qué está sucediendo? Aquí se los contamos.

Sol en el horizonte del océano Ártico. Paisaje con témpanos.
El agua dulce liberada desde el Océano Ártico para el Atlántico Norte puede modificar la densidad de las aguas superficiales.

Considerando 12 años de informaciones originadas por satélites, los científicos han evaluado cómo esta corriente circular, llamada corriente de Beaufort, contrarresta una intrusión de cantidades sin precedentes de agua fría y dulce, lo que podría alterar las corrientes en el Océano Atlántico y enfriar el clima de Europa occidental.

La importancia de la corriente de Beaufort

Esta corriente circula en sentido de los punteros del reloj alrededor del Océano Ártico hasta el norte de Canadá y Alaska, desde donde retira agua dulce proveniente de deshielo, de los ríos que llegan al mar y de las precipitaciones. Esta agua dulce es importante para el Ártico, pues queda confinada por sobre el agua salada y más cálida, ayudando así a evitar que grandes témpanos, que están en contacto directo con el mar, se derritan. Este proceso también ayuda a regular el clima de la Tierra.

El agua dulce se libera lentamente hacia el Océano Atlántico durante décadas, lo que permite que las corrientes la transporten en pequeñas cantidades. Estas corrientes son parte de la Circulación Meridional del Atlántico que ayuda a regular el clima del planeta, transportando el calor del agua tropical a latitudes más al norte, hacia Europa y América del Norte.

Desde la década de 1990, esta corriente ha acumulado una gran cantidad de agua dulce: cerca de 8000 km3 (casi el doble del volumen del lago Michigan). Un reciente estudio publicado en la Nature Communications encontró que la causa de este aumento de agua dulce es la pérdida de hielo marino en verano y otoño.

Los vientos constantes de oeste hacen mover esta corriente en una única dirección hace más de 20 años, aumentando su velocidad y tamaño, impidiendo que el agua dulce "salga" del Océano Ártico. Si la dirección del viento cambia, la corriente podría revertirse, provocando la salida del agua dulce acumulada de una sola vez.

El estudio revela que, aunque el aumento de la turbulencia ha ayudado a mantener el sistema equilibrado, la corriente de Beaufort tiene la capacidad de llevar a un deshielo creciente, ya que mezcla capas de agua fría y dulce con agua salada relativamente caliente. Los resultados muestran que hay un delicado equilibrio entre el viento y el océano, a medida que el hielo marino retrocede debido a los cambios del clima.