El aire más sediento: un estudio analiza cómo la atmósfera está intensificando las sequías en todo el mundo

Un estudio reciente detectó que la atmósfera terrestre es cada vez más “sedienta” debido al calentamiento global. Esta demanda evaporativa creciente estaría intensificando y expandiendo las sequías, afectando ya al 30 % de la superficie terrestre del planeta.

Las sequías pueden desarrollarse en silencio: un suelo puede perder más del 50 % de su humedad antes de que una sola gota de lluvia deje de caer. Esto ocurre porque el aumento de la temperatura y la demanda evaporativa de la atmósfera (DEA) pueden secar el suelo incluso en periodos con precipitaciones normales.

Las sequías son uno de los fenómenos naturales más complejos y destructivos. No solo deterioran los ecosistemas y amenazan la seguridad alimentaria, sino que también afectan la economía, la salud y la estabilidad social.

Aunque es ampliamente reconocido que el cambio climático puede alterar la frecuencia y magnitud de las sequías, aún persisten incertidumbres respecto a cómo han evolucionado globalmente en las últimas décadas.

Un reciente estudio publicado por un grupo internacional de científicos ofrece nuevas respuestas. Utilizando un conjunto de datos global de alta resolución que cubre el período 1901–2022, los autores identificaron una tendencia clara y preocupante: las sequías se están volviendo más severas y extensas, impulsadas en gran parte por un fenómeno conocido como demanda evaporativa atmosférica (DEA).

Una atmósfera cada vez más sedienta

La DEA representa la cantidad de agua que la atmósfera “quiere” evaporar desde el suelo, ríos y vegetación, dependiendo de factores como la temperatura, la radiación solar, la velocidad del viento y la humedad del aire. A mayor DEA, más rápida es la pérdida de humedad en el suelo y más probable es que se genere o intensifique una sequía.

La demanda evaporativa de la atmósfera (DEA) es la ‘sed’ del aire, y la evapotranspiración potencial (ETP) es la forma en que la medimos.

Este nuevo estudio demuestra que la DEA ha aumentado significativamente en las últimas décadas, debido al calentamiento global. Como resultado, incluso en lugares donde las precipitaciones no han disminuido considerablemente, el ambiente se seca más rápido.

Los investigadores concluyen que este aumento de la “sed” atmosférica ha contribuido, en promedio, a un 40 % del incremento en la severidad de las sequías globales.

SPEI mensual y porcentaje de área en seguía. El SPEI es un índice que mide la sequía al evaluar el balance entre la precipitación y la evapotranspiración potencial, considerando el efecto de la temperatura.

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es que las sequías ya no están confinadas a las regiones típicamente áridas. Zonas tradicionalmente húmedas también están comenzando a experimentar déficits hídricos significativos, impulsados por la DEA.

Esto marca un cambio en el comportamiento global de la sequía, que ahora se manifiesta en geografías que históricamente contaban con una mayor estabilidad hídrica.

La DEA está detrás del 40 % del aumento en la severidad de las sequías globales. Es decir, la atmósfera se está volviendo más “sedienta”, secando el suelo más rápido, y contribuyendo significativamente a la expansión de las sequías, incluso en regiones húmedas.

El análisis reveló que entre 2018 y 2022, el área afectada por sequías se expandió un 74 % en comparación con el promedio del período 1981–2017. De este aumento, el 58 % fue atribuido directamente al efecto de la DEA.

Es decir, aunque las lluvias puedan mantenerse estables en ciertas regiones, el aumento de temperatura y evaporación está secando el paisaje a un ritmo acelerado.

2022, un año récord en sequías extremas

El año 2022 fue particularmente alarmante. Según el estudio, el 30 % de la superficie terrestre mundial estuvo bajo condiciones de sequía moderada o extrema. De ese total, el 42 % fue causado por el incremento en la DEA, lo que confirma el papel central de este fenómeno en la intensificación de eventos de sequía.

Condiciones de sequía extrema en agosto de 2022 según el índice HRSPEI. El 30 % de la superficie terrestre mundial mostró niveles moderados a extremos de sequía, destacando el impacto creciente del calentamiento global y de la demanda evaporativa de la atmósfera.

Este récord no es una anomalía aislada, sino parte de una tendencia sostenida. Las proyecciones indican que la DEA seguirá aumentando bajo escenarios de calentamiento futuro, por lo que es razonable anticipar que las sequías serán más severas, más frecuentes y más duraderas, con impactos cada vez más difíciles de gestionar.

El estudio subraya la necesidad de incorporar la DEA en los modelos de predicción y gestión de sequías. Hasta ahora, muchas estrategias de monitoreo y respuesta se han centrado en las precipitaciones. Sin embargo, no basta con medir cuánto llueve, también hay que considerar cuánto se evapora.

Esto tiene implicancias directas en la agricultura, el diseño de políticas de manejo hídrico, la planificación urbana y la adaptación al cambio climático. Si se ignora la influencia de la atmósfera en la pérdida de humedad, los países pueden subestimar el riesgo de sequía y enfrentarse a crisis hídricas inesperadas.

Referencia de la noticia

- Gebrechorkos, S.H., Sheffield, J., Vicente-Serrano, S.M. et al. Warming accelerates global drought severity. Nature 642, 628–635 (2025).