Temperaturas extremas en el mundo: nuevo récord mínimo identificado

La Organización Meteorológica Mundial confirmó la marca mínima en Groenlandia. Experto afirma que en nuestro país faltan más datos en la alta cordillera andina y los campos de hielo patagónicos para comprender mejor los extremos climáticos.

Casas coloridas en Groenlandia
Groenlandia puede parecer un lugar inhóspito para vivir, más aún con temperaturas tan bajas y extremas. Sin embargo, hay personas que encaran este desafío.

¡Confirmado! -69,6° Celsius es la temperatura más baja registrada por los instrumentos en el hemisferio norte del planeta. Así lo corroboró la Organización Meteorológica Mundial (OMM) luego de la investigación realizada por los expertos del Archivo de Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos, quienes revisaron los antiguos datos de la organización descubriendo este récord de frío consignado por una estación automática el 22 de diciembre de 1991 en Groenlandia.

"En la era del cambio climático, gran parte de la atención se centra en los récords de calor. Este valor recién reconocido de temperatura mínima sin precedentes es un importante recordatorio de los marcados contrastes que existen en este planeta", afirmó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

A nivel mundial, el récord de temperatura más fría medido por instrumentos es de -89,2° Celsius registrado en 21 de julio de 1983 en la base de investigación rusa de Vostok en la Antártica.

En cuanto al calor extremo, la temperatura más alta validada por la OMM en el mundo data del 10 de julio de 1913 con 56,7° Celsius en el Parque Nacional Valle de la Muerte en California, Estados Unidos.

A nivel sudamericano, la Organización Meteorológica Mundial anota las temperaturas más extremas en Argentina con 48,9 °C en Rivadavia y -32,8 °C en Sarmiento.

¿Qué pasa en Chile?

Cada año las olas de calor son más frecuentes, duraderas e intensas en nuestro país. Por eso no extraña que, por ejemplo, en 2019, once ciudades chilenas batieran récord de calor según los datos de la DMC. Entre ellas estuvo Santiago con 38,3 °C el 26 de enero de ese año pulverizando las anteriores marcas máximas en la capital chilena.

A nivel nacional, la temperatura más alta validada por la DMC data de enero de 2017 con 42,2 °C en Los Ángeles, región de Bío Bío. En cuanto a la temperatura más fría obtenida en Chile continental por la Dirección Meteorológica de Chile se anota Balmaceda, en Aysén, con -28,5 °C en junio de 1958. En el caso de Santiago, la mínima oficial más baja es del 28 de julio de 1924, con -4,6 °C en la estación de Quinta Normal.

El contar con datos de eventos climáticos extremos es relevante para determinar la forma exacta de cómo y a qué velocidad están cambiando los climas en el mundo. Así lo estima Duncan Christie, académico de la Universidad Austral de Chile e investigador del Centro de la Ciencia del Clima y Resiliencia (CR2).

Glaciar
Chile necesita aumentar su red de estaciones a lugares donde es de alta relevancia conocer los extremos y cambios en el clima, como lo son la Cordillera de Los Andes y los campos de hielo patagónicos.

“Es muy valioso contar con estos registros como el revelado en Groenlandia, sobre todo en lugares extremos. Es útil ver la frecuencia de la ocurrencia de estos eventos, estudiar su naturaleza y las condiciones climáticas tanto a pequeña como a gran escala. En el caso de Groenlandia, aunque es de 1991, podemos hablar de un registro antiguo ya que es una zona que no cuentan con tanta información”, opina el paleoclimatólogo quien hace unos años participó en la investigación que reveló, a través de la dendrocronología (estudio de los anillos de los árboles), que la zona central de Chile padece la sequía más prolongada en al menos mil años.

Muchas veces se hace necesario reconstruir el clima pasado mediante otras técnicas, como la dendrocronología, para entender los cambios en el clima presente.

El especialista reconoce los esfuerzos que realizan la Dirección Meteorológica de Chile y la Dirección General de Aguas (DGA) por aumentar el número de estaciones en el país, pero reconoce que “hay zonas en que sigue siendo deficitaria su presencia como, por ejemplo, en la alta cordillera (sobre 3.000 metros) entre el norte Chico y Los Ríos. Y el otro sector con pocos datos, y que es relevante tener muchos más, es en los campos de hielo en la Patagonia”.