Carbono negro está acelerando la pérdida de nieve en la Antártica

Un estudio demuestra el efecto que produce este contaminante causado por el ser humano, en la disminución del hielo en la Antártica. Conoce más, a continuación.

Buque cientifico navegando
Expedición de buque científico en territorio antártico.

Ya existen pocos lugares en el mundo donde el ser humano no deja sus huellas con contaminantes. Ahora incluso la Antártica, el único continente sin habitantes humanos permanentes, está alterada por la intervención humana.

Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Santiago, apoyados por el Instituto Antártico Chileno (INACH) y publicado en la revista Nature, reveló que el aumento de visitantes en el continente más austral del planeta, está provocando mayor contaminación por carbono negro.

Los científicos han investigado que este contaminante, también llamado hollín, que proviene de la quema de combustibles, se concentra mucho más en lugares de turismo e investigación en el territorio, lo que está teniendo un impacto significativo en el derretimiento de la nieve debido a su muy baja capacidad de reflexión (albedo).

La nieve refleja la energía del Sol y se mantiene más fresca, en cambio el carbono negro (muy oscuro), absorbe esa energía y se calienta. Entonces, si a la nieve añadimos carbono negro, producimos deshielo.

Según el estudio, este fenómeno es muy relevante, ya que sus efectos pueden provocar un impacto mundial. El derretimiento de la nieve provoca un aumento en las temperaturas de la tierra y del océano, lo que genera aún más deshielo, convirtiéndose en un problema constante del cambio climático.

"La nieve ya se está derritiendo debido a los impactos del cambio climático, comenta Marilyn Raphael, profesora de geografía y directora del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la UCLA, pero pese a ello explicó que alterar aún más la Antártica, podría desestabilizar el delicado equilibrio de nuestro planeta.

Un nuevo récord de mínima extensión del hielo marino

El estudio coincide a su vez con un registro alarmante en la Antártica. La superficie del océano cubierto por el hielo marino alrededor del continente está alcanzando un nuevo mínimo este año. La extensión más baja registrada por satélite en su historia, una circunstancia que agravará la crisis climática y amenazará con cambiar de forma irreversible la forma actual de vida.

Según información entregada por el Centro Nacional de Datos de Hielo Marino de la Universidad de Boulder, el hielo alrededor del continente ha superado el registro mínimo establecido anteriormente, en marzo de 2017, de 2,1 millones de km2, disminuyendo a 1,98 millones de km2 hace unos pocos días atrás.

El hielo marino de la Antártica también es importante para mantener el equilibrio de la circulación atmosférica, dijo Raphael. Esta circulación impulsa los vientos y es el medio por el que se transporta la energía hacia o desde el continente. "Si la circulación atmosférica cambia, el clima global cambia", añadió.