El Mediterráneo, un “hotspot” climático donde la variabilidad natural amplifica los efectos del cambio global

El Mediterráneo es una región con una fuerte influencia del cambio climático, especialmente en la temperatura. Pero la gran variabilidad climática natural de la región juega un rol muy importante en los cambios observados.

Mediterraneo
El Mediterráneo es una región con mucha diversidad cultural, pero también una con mucha variabilidad climática.

El Mediterráneo está considerado un hotspot de cambio climático destacado. Desde los años 80 se está calentando más rápido que el planeta. Además, se proyecta que este calentamiento continúe en el futuro, sumado a una disminución importante de las precipitaciones.

Sin embargo, el clima mediterráneo también se caracteriza por una gran variabilidad. En esta región, los contrastes son notables: zonas separadas por apenas unos cientos de kilómetros pueden presentar condiciones climáticas completamente diferentes.

Además, la variabilidad temporal es alta, con cambios marcados entre años y décadas. Esta combinación convierte al Mediterráneo en un laboratorio natural fascinante, complejo y clave para entender la dinámica del clima global.

Variaciones del clima mediterráneo

Se han identificado nueve regiones climáticas en el Mediterráneo occidental (WMed) según su comportamiento en términos de temperatura y precipitación. Estas regiones reflejan las distintas “versiones” del clima mediterráneo: todas comparten veranos cálidos y secos e inviernos fríos y lluviosos, pero con matices notables.

El Mediterráneo es un mosaico climático: mientras el norte se empapa y el sur se seca, el oeste alterna estaciones extremas y el este espera la lluvia en primavera.

Por ejemplo, las zonas del norte registran las mayores precipitaciones y un ciclo anual menos marcado, mientras que las regiones del norte de África son mucho más secas. En el oeste hay un fuerte contraste entre meses húmedos y secos, mientras que en el este las lluvias se desplazan hacia la primavera. Las temperaturas más altas del verano se concentran en el sur de la región y las más frías del invierno en el este.

Si se comparan los periodos climatológicos 1961–1990 y 1991–2020, se ve un claro calentamiento en todo el Mediterráneo occidental, especialmente en verano. Las regiones al oeste del WMed, destacan por tener el mayor aumento térmico en todas las estaciones del año.

En cambio, la evolución de la precipitación es más irregular: predominan las señales de secado invernal, sobre todo en enero y febrero en la Península Ibérica, aunque también se observan variaciones estacionales y espaciales.

No todo es cambio climático

El Mediterráneo occidental se ha calentado de forma clara y sostenida en las últimas décadas, en estrecha relación con el aumento de la temperatura global (GMST).

En todas las estaciones del año se ha observado un incremento de temperatura, aunque el verano destaca por su intensidad: la temperatura media regional aumenta más de 2 °C por cada grado de calentamiento global.

Las regiones más afectadas son las ubicadas al oeste del WMed, como la Península Ibérica. El este del Mediterráneo, en cambio, experimenta un refuerzo del calentamiento invernal.

Por otra parte, las precipitaciones presentan una respuesta más compleja y variable en el tiempo. El único patrón claro es una señal de secado invernal generalizado, con pérdidas de hasta 17 mm/mes por grado de calentamiento global en el noroeste de África. En otras estaciones del año, los cambios son heterogéneos: algunas regiones se secan, otras registran ligeros aumentos, sin un patrón uniforme.

NAO
La Oscilación del Atlántico Norte (NAO) es una de las fuentes de variabilidad natural que domina en el clima en la región.

En una región con tanta variabilidad, es esperable que no todo esté dominado por la tendencia de largo plazo asociada al cambio climático. Sí es cierto que las tendencias a largo plazo dominan en la temperatura, explicando hasta el 60 % de su variación estival, mientras que en la precipitación predomina la variabilidad interanual y decadal, responsable de hasta el 80 % de los cambios.

Esto sugiere que, aunque el calentamiento es un proceso robusto y generalizado, las lluvias están fuertemente moduladas por la variabilidad natural interna y por patrones climáticos de gran escala, como la Oscilación del Atlántico Norte (NAO), lo que refuerza la complejidad del clima mediterráneo.

Referencias para la nota

Campos, D. A., Olmo, M. E., Cos, P., Muñoz, Á. G., & Doblas‐Reyes, F. J. (2025). Regional aspects of observed temperature and precipitation trends in the western Mediterranean: Insights from a timescale decomposition analysis. Journal of Geophysical Research: Atmospheres.