¿Qué hacer? Marejadas cada vez más violentas en la costa de Chile

Conoce de qué se tratan las ondas de infragravedad que influyeron en las inundaciones en el litoral de Ñuble. Anticiparse, generar conciencia, afinar los permisos de construcción y crear un sistema de alerta temprana local están entre los desafíos.

Gran ola alcanzando la costa durante un temporal
Las olas gigantescas que han afectado en los últimos días han llamado la atención de la población.

“¡Ay, se va a llevar la casa! ¡Salgan, salgan!” Fueron los gritos desesperados de un vecino del sector Los Perales, comuna de Coelemu, en la región de Ñuble al ver como el mar ingresaba a las tierras altas inundando una zona habitada.

El hecho fue una consecuencia más de las intensas marejadas, provenientes del suroeste, que han afectado el litoral de Chile durante esta semana. A las olas, impulsadas por fuertes vientos, que alcanzaron 8,75 metros de altura máxima frente a Talcahuano (boya de la Armada ubicada a 18 kilómetros de la costa) se sumó la sicigia, es decir, el periodo de más alta marea del mes producto de la Luna llena.

grafica que muestra altura de olas en Talcahuano
La altura máxima de las olas marcó casi 8,8 metros en la boya ubicada en las proximidades de Talcahuano. Fuente: SHOA.

Esta combinación generó “ondas de infragravedad” señala Rodrigo Cienfuegos, director del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden) y académico del Departamento de Hidráulica de la Universidad Católica (UC).

“Esto quiere decir que son ondas más largas. Habitualmente entre la llegada de una y otra ola a la costa pasan sólo unos segundos. Tal vez, 10 o hasta 20 segundos. Pero, de vez en cuando, las olas pueden llegar más lejos, son ondas más prolongadas, que pueden extenderse hasta por un minuto. El tema es que estas aparecen de improviso por lo que son muy peligrosas”, ilustra el experto en energías marinas con respecto a las ondas de infragravedad.

¿Marejadas más frecuentes?

Ante tormentas cada vez más poderosas, aunque sea en un lugar tan lejano de Chile como frente a la costa de Estados Unidos, los efectos de las marejadas se hacen sentir con furia.

Lo vimos durante el verano pasado con trenes de olas provenientes del hemisferio norte y, ahora, con oleaje potente generado en el océano Pacífico austral.

“Los efectos de las marejadas son cada vez más visibles y frecuentes. ¿Por qué? Una de las razones es el aumento en el nivel del mar, algo que seguirá de acuerdo con las proyecciones. Entonces estos eventos extremos continuarán e intensificarán”, advierte, Rodrigo Cienfuegos.

Las marejadas son fenómenos naturales, “el problema es que esto se cruza con la vulnerabilidad y la exposición a la amenaza” apunta el director de Cigiden.

Por eso es fundamental regular los lugares en donde se construye en las zonas costeras respetando los lugares inundables, las dunas, los humedales, etc.

Alerta temprana

En la actualidad está la capacidad de pronosticar con 7 días la ocurrencia de los fenómenos meteorológicos, de hecho, así lo hacen la Dirección Meteorológica (DMC) y el Servicio Meteorológica de la Armada (Servimet).

“No basta con bajar esos pronostico globales a escala regional. Debemos anticipar, por ejemplo, lo que pasó en la costa de Ñuble y además monitorear en línea lo que está ocurriendo”, señala Cienfuegos quien trabaja junto a su equipo en un sistema de anticipación y seguimiento a menor escala.

“Ese esfuerzo lo estamos haciendo en Cigiden, tanto para inundaciones por lluvias como por marejadas. Debemos anticipar las consecuencias que podría dejar un fenómeno en puntos específicos, en este caso, de la costa. Este último paso es el que nos falta, porque existen muchos eventos de impacto local”, argumenta el académico.

Nos falta por aprender del océano y su interacción con nuestras vidas. Por eso, además de las alertas por hechos puntuales, debemos educar y crear conciencia con respecto a las repercusiones que tiene el no respetar la naturaleza.