Adiós Toadzilla: sacrificaron al sapo más grande del mundo

Los guardaparques no salían de su asombro cuando encontraron un sapo que triplicaba el tamaño de cualquier otro sapo normal. Pero Toadzilla, como lo bautizaron, fue sacrificado pocas horas después.

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Imagen del sapo de caña.

Australia es conocida por sus playas, sus ciudades modernas y por su fauna aterradora. Y si quedaba alguna duda, este reciente hallazgo no deja de sorprender, y puede poner los pelos de punta, a cualquiera que se impresione con los pequeños anfibios, aunque este en particular no tiene nada de pequeño.

Los guardaparques del norte de Australia no salían de su asombro cuando hallaron en tierras salvajes un sapo que era enorme, casi tan grande como un bebé. Toadzilla, como lo bautizaron en la reserva a la que lo llevaron, pesaba nada más y nada menos que 2,7 kg, cuando lo normal es que pesen solo medio kilo. Este anfibio es conocido como Sapo de Caña, y es de la familia de los Bufonidae.

La guardaparques Kylee Gray vio al sapo monstruoso mientras realizaba trabajos en las vías en el Parque Nacional Conway. Luego de analizarla, se determinó que era una hembra, y aunque no lograron identificar su edad, están seguros de que ya tenía varios años. Los sapos de caña pueden vivir hasta 15 años en la naturaleza.

Estos anfibios también poseen unas glándulas venenosas, lo que los convierte en una presa altamente tóxica para cualquier depredador que lo aceche. Además, cuando secretan ese "veneno lechoso" llamado bufotoxina, puede causar un paro cardíaco y efectos psicodélicos.

La muerte de Toadzilla

Pocas horas después de su descubrimiento, el espécimen fue sacrificado. Los sapos de caña son una de las peores especies invasoras del mundo y desde hace años Australia lucha contra esta plaga ."Un sapo de caña de ese tamaño comerá cualquier cosa que le quepa en la boca, y eso incluye insectos, reptiles y pequeños mamíferos", dijeron los guardaparques.

Los sapos de caña se introdujeron en 1935 para controlar la población de escarabajos, pero se convirtieron en una plaga dañina por derecho propio, colonizando hábitats y envenenando a otros animales salvajes.

Alrededor de 2.400 de los sapos fueron liberados en el norte de Queensland en 1935 con la esperanza de ayudar a controlar las poblaciones de escarabajos de la caña. No solo no se comió a estos insectos, sino que como no tiene depredadores naturales en la región —y puede poner entre 8.000 y 30.000 huevos en casi cualquier época del año—, se propagó rápidamente. Su éxito reproductivo también se debe al alimento oportuno, que consiste tanto en materia viva como muerta.

Son nativos de América del Sur y Central. Se cree que en Oceanía hay más de 200 millones de individuos de esta especie. El cuerpo del sapo será donado al Museo de Queensland, que expresó interés porque podría ser el más grande registrado. El récord anterior era de un sapo de caña que vivía como mascota y pesaba 2,6 kg.