Noviembre: “Mes cero” para racionamiento de agua en La Serena-Coquimbo

“Si no llueve este invierno y se continúan utilizando las aguas embalsadas (Puclaro) en las condiciones habituales (agricultura), la fecha pronosticada para el inicio del racionamiento de agua potable en La Serena y Coquimbo es noviembre” advierte Aguas del Valle, la sanitaria a cargo del abastecimiento.

Faro; La Serena; Chile
Si las lluvias no llegan este invierno, y no se cambia el destino del agua embalsada en la Región de Coquimbo, el racionamiento de agua llegará a fin de este año a esa región.

Noviembre de 2022 es la fecha decisiva. Noviembre de 2022 se marca como el “mes cero” para el potencial comienzo del racionamiento de agua potable en las ciudades de La Serena y Coquimbo, la cuarta conurbación más habitada de Chile después de las áreas metropolitanas del Gran Santiago, Gran Concepción y Gran Valparaíso.

El racionamiento de agua potable podría afectar a las cerca de 600.000 personas que viven en ambas comunas y que se abastecen de la cuenca del río Elqui, advierte Aguas del Valle, la sanitaria a cargo del suministro en los sectores urbanos en 13 de las 15 comunas (salvo La Higuera y Río Hurtado) de la Región de Coquimbo.

Si no llueve este invierno y se continúan utilizando las aguas embalsadas (Puclaro) en las condiciones habituales (agricultura), la fecha pronosticada para el inicio del racionamiento de agua potable en La Serena y Coquimbo (150.000 clientes) es noviembre del presente año”, anticipa Andrés Nazer, gerente regional de la empresa.

El embalse Puclaro es la única reserva artificial de agua en la provincia de Elqui, el que actualmente se encuentra a un 32% de su capacidad (en 2017 llegó al 99%). “De acuerdo con el uso actual, tanto para consumo humano como para otros sectores como la agricultura, esta agua se acabará en noviembre del presente año. Ahí el Puclaro llegará a su nivel mínimo y, por lo tanto, no habrá agua superficial para satisfacer la demanda de La Serena y Coquimbo”, afirma Nazer.

Frente a este escenario, la sanitaria afirma que trabaja en la perforación de 14 pozos en la cuenca del río Elqui para tenerlos operativos para antes de esa fecha. “Pero con eso no será suficiente, porque el problema ya no es de pozos, ni de camiones para transportarla, sino que el agua se acabó. Llegamos al límite”, señala el gerente.

¿Cómo evitar el racionamiento?

La sanitaria Aguas del Valle apela a un acuerdo para “gestionar con los otros usuarios del sistema (sector productivo), y que son quienes administran el embalse Puclaro (Junta de Vigilancia del río Elqui), para asegurar que las aguas que aún quedan se reserven para el consumo humano. Si logramos ese tratado, y en el caso que no llueva este invierno, podría evitarse el racionamiento por ahora. Esto no se trata de más infraestructura, el tema es que no hay agua, salvo la que queda en el embalse”.

Viñas; Valle del Elqui; Chile
La empresa de aguas busca llegar a un acuerdo para que las aguas del embalse Puclaro se reserven para consumo humano. La agricultura demanda una gran parte de este recurso para su producción.

¿Y los decretos de escasez hídrica que rigen a Coquimbo? Estos mandatos del Ministerio de Obras Públicas no aplican para las “aguas acumuladas en embalses particulares”.

Cada año, Puclaro aporta unos 25 millones de metros cúbicos de agua para el suministro de La Serena y Coquimbo. Al marzo presente, este embalse cuenta con 66 millones de metros cúbicos. El consumo promedio de agua potable por cliente al mes es de 14 metros en La Serena y Coquimbo, una demanda aumenta un 14% durante los veranos.

La opción de racionamiento no abarca otras localidades de la provincia de Elqui como Tongoy, Guanaqueros o Andacollo debido a que estas se abastecen de fuentes subterráneas que aún cuentan con agua.

“El agua se acabó”

En promedio, los embalses en la Región de Coquimbo están a un 18% de su capacidad. Al aumento en la demanda, no sólo para el consumo humano y urbano, sino que también de sectores productivos como la agricultura a gran escala y la minería, se suma la falta de precipitaciones que ha sido aún más dramáticas en los últimos tres años.

¿Qué pasa en Choapa? “Que el agua se acabó en las cuencas de los ríos Choapa e Illapel, en los embalses Corrales y El Bato no hay agua. Se acabó. De hecho, ahí se hizo una conducción de 37 kilómetros para llevar agua subterránea desde Salamanca hasta Illapel” afirma Andrés Nazer de Aguas del Valle.

“Eso que ya pasó en el Choapa está empezando a manifestarse en el Limarí, ya que el embalse La Paloma tiene un 15% de su capacidad. Esta represa, al ser el más grande del país, con ese 15% que le queda nos asegura, si es que no llueve, el abastecimiento para esa zona (Ovalle) hasta fines de 2023, sostiene el gerente regional de la sanitaria.

Localidades como Monte Patria, El Palque, Chañaral Alto y Combarbalá “ya no tienen agua de las fuentes que las abastecían históricamente, porque casi no hay agua en el río Combarbalá. La ciudad del mismo nombre se abastece con camiones aljibes desde Ovalle. La situación es dramática, pero como es una localidad más pequeña lo puedes resolver así, pero no en La Serena y Coquimbo”, dice Nazer.

Hasta 2017, el 50% el agua que se potabilizaba en la Región de Coquimbo provenía de fuentes superficiales y la otra mitad de subterráneas. Hoy, las napas aportan el 70% del agua potable y sólo 30% las fuentes superficiales.

- Andrés, ¿cuánta lluvia debiera caer en el invierno para pasar el próximo verano?

“Al menos, lo que llueve un año normal, unos 100 milímetros. El año pasado cayeron 20 milímetros de agua, y nada de nieve en Elqui y Limarí, y sólo se acumularon 6 centímetros en Choapa. La desertificación de la Región de Coquimbo es evidente. La situación de las áreas rurales es aún más crítica”.

- ¿Cuánta del agua se reutiliza en la región?

“Del agua de consumo humano que se utiliza, cerca del 80% sale por alcantarillados y es tratada. De esa agua el 70% tiene un tratamiento primario y es depositada en el mar a través de emisarios submarinos. El resto se trata en sectores del interior y son reutilizadas en el riego para la agricultura, pero es un porcentaje menor”.

- ¿Hay proyectos para que esa agua de los emisarios submarinos se reutilice?

“Esa es una decisión del Estado y, ante la situación de cambio climático que estamos viviendo, es evidente que el camino hacia el cual avanzar. No es una decisión de la sanitaria, porque se requieren inversiones muy importantes ya sea en el tratamiento de estas aguas para condiciones de riego u otros tipos de usos, así como la infraestructura para transportarla hasta otros puntos de consumo. Para ir más allá deben entrar otros actores para tener un uso eficiente con la intervención del Estado”.

- ¿Ocurre algo similar con la desalinización?

“La desalinización es una solución importante, de hecho, en Antofagasta y Copiapó el consumo humano se satisface a través de este sistema. Pero para que eso ocurra intervino el Estado. Es lo mismo de anterior. Nosotros somos una parte que, hasta ahora, ha logrado mantener el abastecimiento”.